- 05/03/2017
- Posted by: Escudería Lalín-Deza
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Los espectadores respondieron en una edición donde se mimó la organización en busca del Nacional
Sonrisas en unos rostros marcados por el cansancio. Pero el esfuerzo mereció la pena entre las quinientas personas de la organización. Tocaba cumplir a rajatabla con la seguridad al ser preinspección para el CERA. Y todo fue de diez de principio a fin en un Rali do Cocido quizás con menos espectadores por el mal tiempo pero complicado por el fuerte incremento de kilómetros. «La gente estuvo bien situada, todo fue espectacular e incidencias en las carreras siempre hay pero siempre con una solución rápida de la escudería», resumía el observador de la Real Federación Española de Automovilismo, José Vicente Medina, su valoración de la prueba.
Una rapidez de actuación demostrada por ejemplo al neutralizarse por la mañana el tramo A Estrada-Silleda al salirse de pista Adrián Torreiro, el piloto más joven en el Cocido con dieciocho años. Pero desde la señalización y reparto del público al resto de medidas de seguridad funcionaron a la perfección. Como la decisión de usar el recinto de Semana Verde como parque de asistencia. Para Luis Climent, piloto del coche 0 y que estará en todo el Nacional, «no hay ningún rali en España que tenga algo así».
Tampoco faltaron anécdotas como los «pájaros» de las fuerzas de seguridad en el aire o los controles de alcoholemia de los que no se salvó ni el piloto Alberto Meira. Ni algún espectador despistado pese a lo bien marcado que estaba el rali. Pero el público estuvo «de cine», apuntó el jefe de seguridad, Álex Moure. Tampoco salidas de vía, trompos y complicaciones para conducir. Pero ya se esperaba un rali duro. Acabaron 47 de 83 pilotos.
Protagonismo local con Álvaro Méndez y los copilotos de los dos primeros
Una edición más no faltó el protagonismo para la zona. Y en esta ocasión tanto pilotos como copilotos. El lalinense Álvaro Méndez supo exprimir al máximo en Volkswagen Polo N1 alquilado para competir en la prueba. Concluyó quinto en la general, a algo más de siete minutos del ganador, pero fue el primero en la Copa Top Ten Pirelli. Y todo ello pese a algún susto con un comisario en pleno tramo o la prudencia para evitar daños en el coche.
La escudería Lalín Deza consiguió incluir a tres coches entre los diez primeros; junto a Méndez destacó el tercer puesto de Iago Caamaño con su Ford Fiesta R5 y el sexto de David González en el Skoda Fabia S2000. Entre las notas negativas el abandono de Alberto Otero con su Mitsubishi Lancer EVO IX, tras quedar cuarto el pasado año y llevarse la Top Ten Pirelli. Tampoco fue el día para Javier Guitián y su Fiesta R2T, aunque sí logró completar el rali aunque en el puesto 41.
Pero la 2017 se recordará también por el protagonismo de sendos copilotos. Por un lado el estradense David Vázquez, en lo más alto del podio junto a Víctor Senra, mientras que en el segundo escalón se situó el copiloto forcaricense José Murado junto a Alberto Meira. Además, hubo otro puesto significativo para la escudería Lalín Deza como el 12 de Alberto Nimo y completaron la prueba once de sus equipos.
Vinyes abandonó pero destacó el nivel de la cita dezana
El único participante en el Nacional presente en la competición, el piloto andorrano Joan Vinyes, se vio obligado a abandonar en la primera pasada del tramo Vila de Cruces-Agolada. Protagonista también del encontronazo entre las federaciones española y gallega, un problema eléctrico le impidió completar el Cocido. «Fue una lástima porque iba de menos a más; logré buenas conclusiones y no dejaba de ser un test», aseguró Vinyes a Radio Lalín. Agradeció el apoyo del público además de calificar la cita dezana de «rali de verdad, duro y complicado». Para el piloto andorrano tiene categoría para estar entre las citas del Nacional, ensalzando a la afición, la organización y el parque de asistencia. «Todo perfecto salvo el barro», bromeaba.
Fuente: La Voz de Galicia